viernes, junio 22, 2012

Utopía

La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.

Mañana es la única utopía - José Saramago

jueves, junio 21, 2012

Salchicha parrillera


Llegamos temprano al cumpleaños y nos quedamos en el patio. Pasada más o menos una hora llegó la tía abuela, y para esa altura ya el vino nos había puesto alegrones.  La tía llevaba un vestido negro a lunares blancos, último grito de la moda, y unos tacos de más de cinco centímetros de alto. Los zapatitos no eran muy afines a aquel asado en el campo, mucho menos en conjunción con los noventa y dos años de la vieja.
 -Tía, ¡qué producción! ¿Cómo hacés para caminar con esos tacos? Yo que tengo sesenta años menos camino dos pasos y me caigo… –le dije.
Esther  es “La Tía” para todos los que la conocen. Toda su vida soltera, comesantos, casi monja, nunca le conocimos un novio aunque  aparentemente lo tuvo, muy de joven. Dice la leyenda familiar que a ese, el único hombre de su vida, le ocurrió una desgracia y ella nunca se repuso. A pesar de todo, siempre fue de arreglarse y vestirse muy bien. Y cuando toma algunas copitas de más, de decir picardías sin falsos pudores. Como en el cumpleaños del año pasado, cuando se sentó al lado mío en el brazo del sillón y le ofrecí:
- Vení y cambiate para acá para el almohadón, porque ahí debés estar re incómoda Tía.
-A veces es lindo sentir algo duro entre las piernas, che –contestó desfachatada.

Ella terminó de saludar y se fue para adentro con el resto de la gente. Los “jóvenes” nos quedamos charlando: mi hermana Patricia, papá y María. También Luisina, la menor de las primas, con sus catorce años desbordando frescura e inocencia, típicamente adolescente.
-Que bien que está la Tía. Van quedando pocos hermanos, ¿no? Solamente ella, la Chola y la Beba, de once que eran en total –afirma María, tratando de ponerse al día con los datos de su ex familia. Hace veinte años que se separó de Papá.
Enumeramos los nombres de los finados pero nos faltaba uno.
-¡Ah, aquel que vivía en Montevideo! ¿Cómo se llamaba? – recordé a medias.
- Arturo –contesta Papá.
- Claro, ¡Arturo!
-¡Sorete duro! –carcajadas-. Pobre Arturo, quedó duro nomás, la hemiplejia lo dejó postrado los últimos años de su vida. Ana Luisa siempre cinchando con él que tenía un carácter de mierda… Ella le llevaba diez años más pero todavía está viva, una fortaleza de mujer.
-¿Y la hija? ¿Qué es de la vida de Susana? ¿Se divorció al final? – curioseó María.
-¿Divorciarse?- saltamos la tercera generación, a coro-. Que yo sepa ella tiene y tuvo siempre el mismo marido, Rafael. ¿O fue antes que ese?
-No, fue ese sí. ¡Un pichón!  No se llegaron a divorciar, pero él estaba como loco, un día se me apareció con un revólver gritando desesperado: “ Daniel:  no puedo más con esta situación, ¡yo me mato, me mato!”.
-Al final deben haber podido… –otra vez María, y nosotros aún sin entender ni jota quedamos mirándola con cara de interrogación-. ¡Lo que pasa es que no podían! Se casaron y pasaban las semanas y no había caso, no podían hacer el amor, por más que lo intentaban. Parece que a ella no le entraba. Toda la familia se enteró, no saben lo bizarro de la situación.
-¡Entonces se casaron vírgenes! Susana es joven, no te puedo creer que hace unos pocos años la gente todavía se casaba virgen –se asombra Patricia -. Mamá… ¿vos te casaste virgen con papá?
-Sí –contesta rápidamente sin pensar -. Pará… No, ¡si estaba embarazada de vos, boluda! –carcajadas de nuevo.
-Bueno, poder, seguro que pudieron. Ahora tienen dos hijos, la mayor tiene mi edad –aclaró Luisina.
-¿Y vos Luisina? ¿Vos ya pudiste? ¡Porque las gurisas de ahora no pierden el tiempo!
Se hizo el silencio. Luisina se ruborizó, y en el momento que abría lentamente la boca, tratando de ganar tiempo para contestar…
-¡Está pronto el asado! –sonó un grito desde adentro, cual campana salvadora.

 Cuento que escribí para el Taller, consigna: "Asado, tema de conversación: El divorcio de Fulano/a, Carne: salchicha parrillera"

jueves, junio 07, 2012

Rinopedia


El rinoceronte es un mamífero de gran tamaño, tosco y de piel gruesa y rugosa, que se caracteriza por el gran cuerno que lleva en su cabeza. Usualmente se lo confunde con el unicornio, ya que también se describe por esa cualidad.  Pero por el contrario el unicornio es un animal enclenque, de pelaje blanco o azulado, famoso por su poco sentido de la orientación: es común que se pierda mientras se encuentra pastando en las llanuras. El unicornio además se distingue claramente por ser un animal mitológico (es decir, que usa mitones en los cascos). 

Volvamos a los rinocerontes, y para conocerlos mejor detengámonos en analizar  la etimología de su nombre:
Rino: significa nariz. En este caso refiere más que a la nariz, al cuerno que ésta lleva encima. Dicha protuberancia para ser exactos tampoco se trata de un cuerno, sino de un conjunto de fibras queratinizadas. Destacados científicos de Sedal Incorporation demostraron que la queratina es la composición fundamental del cabello. Quedó comprobado a partir de entonces, que lo que tiene el rinoceronte sobre su nariz no es un cuerno sino una gran rasta corniforme.
Cuál fue el primer rinoceronte que se hizo la rasta es aún un misterio para las Ciencias Biológicas y Discovery Channel. Se sospecha del famoso rinoceronte tostado –extinto en la actualidad – que solía habitar en la isla de Jamaica y sus inmediaciones, alimentándose fundamentalmente de plantas de cannabis. La rasta se propagó de generación en generación y hoy en día no hay rinoceronte, de la raza que sea (blanco, negro, indio o de java), que no la lleve. Pero modas son modas y no es de extrañarse que dentro de unos años todos los rinocerontes dejen de lado sus rastas y comiencen a llevar espléndidos cerquillos.

ceronte: no confundir con geronte. El geronte es un animal que, no obstante comparte con el rinoceronte su piel arrugada y malhumor característicos, posee un hábitat y costumbres bien diferenciadas. Suele encontrárselo en las inmediaciones de hospitales o plazas de la ciudad, desplazándose con movimientos torpes y lentos, y mascullando gemidos quejosos.
El nombre ceronte en cambio, surge de la combinación de dos aspectos fundamentales del rinoceronte:
·         Ceron: por el cero glamour que tienen estos animales. Históricamente no han tenido suerte en los castings para personajes de películas animadas, donde siempre quedan en último lugar después de perros, osos, leones y otras bestias. “Yo me presenté para el papel de Rinosaurio Bostezón, tenía todas las de ganar - declaró el actor Jean Reeno-, pero al final se lo terminaron dando a un vulgar hipopótamo, que ni ortodoncia tenía. Es por el antirrinotismo que tenemos que soportar siempre, somos una especie discriminada en este planeta”.  
·         Te: por la letra “T”, que se dibuja con asombrosa claridad en su enorme trasero.




Concluimos entonces este informe sobre los rinocerontes haciendo un llamado a la reflexión: debemos ser más comprensivos con estos animales y dejar esa discriminación de lado. Valorar el aporte que realizan al bien común, por ejemplo a través de la medicina. Son reconocidos mundialmente tanto el Dr. Otto Rhino Laringo Loggo, especialista en mucosas, que descubrió que cuando éstas se presentan en color verde contienen peligrosas bacterias. Así como también el Dr. Rhino Plasticus que ha dedicado su carrera a modelar  cuernos, rastas y narices, animales y humanas, ayudando a ajustarlas a los cánones de belleza contemporáneos.


Texto bajo la consigna "Rinocerontes", que escribí para el Taller. No iba a colgarlo acá porque no me gustó demasiado como quedó, pero mi amiga L. insistió en que le muestre los nuevos textos.