miércoles, abril 30, 2014

Utilísima

A veces me aburro y me da por ponerme Utilísima.
Uno de mis hobbies es coserme ropa, como por ejemplo esta pollera. U otro tipo de objetos, como una cartera que estoy haciendo ahora con los retazos de cuero que me regaló el tapicero (pero eso mejor se los cuento cuando termine, si el proyecto llega a buen puerto, cosa que es bastante dudosa).

Otro de los hobbies que sí me ha dado bastantes éxitos, es comprar porquerías indias o chinas en el Clon o Tugays por dos pesos y tratando de reciclarlas en cosas lindas.
Así por ejemplo, un par de veces compré almohadones en El Clon bordados con lentejuelas, cuentas o canutillos, para luego convertirlos en cintos para adornar vestidos de fiesta que quedaron preciosos. Nadie sospechó su extraño origen, cuando les conté a mis amigas en la fiesta, no podían creerlo.

También este cuadro que compré por $45 en Tugays, que tenía tres fotos cliché horribles de New York, se transformó en algo chuchi forrándolo con cartulina negra y pegándole estos dibujos que encontré en Baubauhaus:
   
 

El más gracioso fue el caso de esta tabla de planchar. Tenía un forro de una tela que parecía super sintética, lo primero que pensé cuando la compré es "¿Cuánto irá a durar este forro sin quemarse? Igual cuanto antes se rompa mejor, así lo cambio porque es bastante feo". Y efectivamente, en la primer planchada se derritió con el calor de la plancha y le quedó un agujero enorme. 
Así que aproveché a revolver en mi cajón de retazos y encontré esta tela que había comprado para hacerme almohadones pero al final no pintó (y sí, como los almohadones que compro los transformo en vestidos de fiesta, después tengo que comprar tela para hacer almohadones).

Entonces, ¡voilá! Vení Andy Warhol que te plancho las camisas: