Que existan personas con el nombre justo (o diametralmente opuesto) para la profesión que eligieron siempre me pareció algo realmente impresionante.
Lo que nunca podremos saber es si eligieron esa profesión por el nombre que les pusieron, o por el contrario lucharon desesperadamente por vencer al destino pero irremediablemente cayeron en la obviedad.
Conozco varios casos de la vida real, por ejemplo:
- La oftamóloga de apellido Biscardi
- El profesor de Ingeniería de Transporte de apellido Chocones
- El dueño de una fábrica de salsas de tomate de apellido Caruso
Aquí van también otros ejemplos recopilados por Odee.
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