Es "crudo", es "duro". Así me definieron a Raymond Carver varios amigos con los que suelo hablar de libros (y por separado). Nada más lejano a mi impresión después de leer Antología. Por el contrario, me parece que escribe muy dulce, con palabras que me acarician cuando las leo.
Como el pampero, que a pesar de ser uno de los vientos más fieros, también es el que acaricia de la forma más amorosa a la bandera.
Una de mis amigas más cercanas está pasando por una separación de las más difíciles, de las de cuando "nada está mal, pero no todo está bien". Buscando palabras de aliento, la empatía me llevó a revivir mis propias separaciones de hace años. Las completas, pero también las casi. Como aquella, la más dolorsa de todas, que terminó con el resurgimiento del amor como un ave fénix entre las cenizas. Pájaro que anduvo con las plumas chamuscadas por un tiempo más antes de recuperarse del todo, y hasta ganar nuevos matices de color, algo que parecía imposible un tiempo antes.
Y a los pocos días me topé con esta frase del cuento Call if you need me , que me parece describe a la perfección ese momento de ruptura emocional, previo a la ruptura "física", de una pareja que empieza a quererse de una manera distinta:
'I miss everybody tonight,' she said. 'I miss you too. I've missed you for a long time now. I've missed you so much you've gotten lost somehow, I can't explain it. I've lost you. You're not mine any longer.'
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