lunes, abril 18, 2011

Viaje

Ese día habíamos ido a visitar un Museo. Recorrimos observando varios esqueletos de dinosaurio.
De pronto percibimos que al hueso del pie de uno de los dinosaurios comenzaba a crecerle carne y escamas, pero nadie parecía darse cuenta....
Veíamos que le crecía y le crecía carne, hasta que quedó su cuerpo entero formado y salió caminando del museo rugiendo y llevándose todo por delante.
La gente huía despavorida por toda la ciudad de Nueva York. Pero nosotros nos quedamos al ladito suyo mirándolo todavía más asombrados, en vez de huir. Nos queríamos hacer amigos de él, capaz era bueno y todo. Se fue arrimando despacito con su enorme cabeza, y con delicadeza nos tragó, sin masticarnos ni nada.

Dentro del dinosaurio había mucho lugar así que construimos una casita. Teníamos TV, una cama y cocinábamos con la comida que comía el dinosaurio...
Hasta que un día el dinosaurio andaba mal de la panza, había comido muchos porotos y tenía muchos gases.
Vimos que cerca de nuestra casita se iba formando una burbuja gigante de gas y nos apuramos y nos metimos adentro.
Entonces cuando el dinosaurio se tiró el gas salimos volando por su cola dentro de la burbuja, y el viento nos llevó lejos, lejos, como un globo aerostático.
Aterrizamos sin problemas arriba de un cerro muy verde y volvimos a casa caminando, donde nos esperaban papá y mamá que estaban muy contentos de que hubiéramos regresado a salvo.

Cuento colectivo que inventamos con Vale (6 años), en un viaje de auto

1 comentario:

NO SE QUE PUNTO COM dijo...

Ya come brownies Vale????