martes, julio 25, 2017

Anacrónico

El teléfono gris reposa muy quieto en el estante. Solo.
No entiende porqué desde hace un tiempo ya no suena su campana. Ya nadie levanta su tubo beige ni toca sus teclas formando ­­­­números para encontrar a alguien del otro lado del cable. Ese cable que se sumerge en la pared hasta llegar quien sabe donde.
Aburrido, se peina el rulo. Lo estira y lo suelta de golpe, se queda mirándolo rebotar hasta que se detiene del todo.


A veces practica para no perder el entrenamiento, repitiendo las palabras que escucha a Ana decirle a aquel cuadradito negro.

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