sábado, mayo 19, 2012

Mi perro Toribio


Yo tuve un perro que adoraba. ¡Qué lindo era mi perro Toribio!
Toribio no sabía ladrar, capaz que porque era muy pequeño…
No tenía dientes, tampoco los necesitaba porque no le gustaba roer huesos. Eso sí, se desesperaba por atrapar moscas.
No sabía traerme las pantuflas, ni el diario, ¡pero qué me importaba, si era verano y yo con cinco años no sabía leer todavía!
Tampoco tenía pelo, pero su piel era de un precioso color verde. En la tele pasaban un programa “El perro verde”, seguramente ese señor que aparecía en el programa tenía un perro como Toribio.
Mi perro no tenía cucha, dormía en un agujerito en el pasto.  Le gustaba mucho la lluvia y chapotear en los charcos.
Cuando estaba junto a él me olvidaba de todo, ni siquiera escuchaba los rezongos de mi mamá: “¡Pedro! ¡Ya estás otra vez jugando con ese sapo asqueroso!”

Cuento que escribí para el concurso de Cuentos Breves de La Tertulia (radio Espectador), tercer semana.

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