A mi hija de siete años en la clase Educación para la Salud le mandaron de deberes averiguar en casa cómo fue su nacimiento. Le contamos que fue parto natural y que el papá lo había filmado, que cuando quisiera podía ver los videos, si no le daba miedo. Preguntó si había mucha sangre, le dijimos que un poco, pero que eso es normal, y contestó muy entusiasmada que quería verlos, nos miramos con el padre y asentimos. Elegí el último, pensando que sería el más lindo, con la bebé ya afuera.
A los pocos segundos de comenzado el video aparece en primer plano las manos del doctor sosteniendo una bola de gelatina roja y palpitante. Gritos de terror de los espectadores y el video no quería parar. ¡Justo era el momento en que sacaban la placenta!
Después de calmarla (costó) le mostramos el video de unos minutos antes, desde que empezó a asomar la cabecita hasta que salió completamente.
Terminamos los tres abrazados llorando de emoción, fue una experiencia increíble.
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